Como ya hablé un poco acerca del existencialismo, vale la pena hablar de un claro ejemplo de una excelente obra totalmente existencial, me refiero al ya muy conocido libro de "El Perfume" tan aclamado que tiene su propia versión cinematográfica, que muy bien logró plasmar la esencia del libro.
A mi parecer es de esas películas que lograron llevar la fidelidad de la obra impresa lo cual es muy raro, ya que obviamente los lectores siempre vamos a ser muy duros críticos, sino los peores cuando adaptaciones de libros se trate.
Les recomiendo que vean alguna de sus dos versiones sino es que ambas (son excelentes) y advierto que mi crítica tiene spoilersitos.
En la obra de “El perfume” nos muestran como la persona esta
tan necesitada de ser alguien, de sentirse como algo importante y fundamental,
digamos que por su situación desde el nacimiento fue difícil adaptarse,
sentirse querido y apreciado. Como en
muchos casos y obras, todo aquel que nace con un don tiene dos caminos:
- Ser aceptado, valorado, amado de una manera tan
asfixiante que termina odiándose a sí mismo.
- Ser rechazado, odiado, repudiado una persona ajena
a la sociedad que no se puede considerar parte de la misma por su enorme falta
al margen social que se acostumbra.
En este caso, podemos analizar el personaje de muchas
maneras. Él, Jean-Baptiste una persona que desde que nace fue prácticamente considerado
alguien que no existe, no vive, no siente, no es nada ya que su madre lo creyó
muerto al nacer.
Su enorme necesidad de sentir y de absorber todo lo que lo
rodeaba se proyecta en su amor por los olores, por su sentimiento tan obsesivo
de pertenencia ante una fragancia, cualquier fragancia era capaz de estimularlo
al mayor grado era algo perfecto, simple, lo más sencillo pero más complejo el
cómo cada objeto, estación, momento, vida, persona… tienen su olor particular,
ninguno es igual a otro, son sus distintivos su esencia, la misma esencia del
ser.
En ese mundo tan perfecto en el cual se sentía seguro, en el cual todos
los olores le eran ya reconocibles… se enamoró por primera vez al percibir el
aroma de una mujer.
El amor no tiene límites ni significaciones suficientes para
poder predecir por cual sentido nos llega, las personas propensas al oído se
pueden enamorar de la voz, las personas visuales se van más por la vista por el
cómo luce la persona. Pero él con un don tan particular se enamoró de la
esencia de ella, de su esencia, de su existencia; era algo tan perfecto que no
pudo evitar querer obtener, poseer. Lo que nos lleva a una de la condiciones
particulares de los humanos, la felicidad a través del obtener algo, de poseer,
eso nos hace felices, el adueñarnos de algo.
Por ende no es tan difícil suponer que Jean-Baptiste se obsesionaría con el aroma de la
mujer de la cual se enamoró, pero como por su misma falta de relación social y
de cómo convivir con la gente, el miedo lo bloqueó y mató a la mujer de la cual
se enamora.
Aquí viene otra situación, ¿cómo enfrenta la pérdida de lo que
en su momento considero lo más fascinante que antes había experimentado?
Buscando algo parecido, su constante obsesión por encontrar aquello que perdió
lo llevó al camino de su historia, terminando en una perfumería aprovechando al
máximo las enseñanzas de una persona que al igual que el sabían lo que era el
amor a los buenos olores.
El mejor que nadie le podría ayudar a encontrar lo
que el perdió, encontrar el aroma perfecto, encontrar lo que en su momento
considero su primer amor. ¿Quién olvida al primer amor? Después de su etapa
como aprendiz consiguió lo que quería, aprendió a extraer los olores de casi
cualquier cosa. Pero él quería más, quería encontrar la manera de llegar a la
esencia perfecta. Encontrar el aroma que lo cautivó y poseerlo.
Finalmente tuvo su crisis existencial cuando en su momento de
ermitaño se exilia a sí mismo hasta darse cuenta de que él no tiene olor
propio. Eso es un conflicto sumamente fuerte y crucial porque lo que él
considera su razón de existir, lo que a él le demuestra la existencia y
manifestación del ser, en realidad le está diciendo que él no es nada, no es
nadie, no existe.
Si el no existe, si él no es nada, entonces lo que le pareció
la razón de su existencia misma es ese aroma, el aroma que le devolvería la
vida, que lo haría existir y ser notado por los demás, que lo haría incapaz de
ser ignorado ya que ese aroma, esa esencia perfecta, casi divina. No podría
permitir que pasara desapercibido y en su búsqueda por ese aroma que lo cautivó
y le devolvió la esperanza de que posiblemente él pudiera llegar a volver a
existir para el mundo, empezó a hacer hasta lo imposible por encontrar ese
aroma, esa perfección. En su misión por encontrar el aroma de lo que fue su
primer amor, arrebató la vida de muchísimas mujeres con características
peculiares y similares que podían tal vez ayudar a encontrar la esencia de la
mujer que le devolvió la esperanza de poder ser alguien y quizás hasta podría
hacer que ella volviera a existir y estar con él.
Al término de su experimento,
haciendo hincapié en que realmente su don eran los aromas así que para un
experto como el si bien no era el aroma de ella pero se le acercó tanto, fue
tan perfecto lo que él hizo que cautivó la atención de todas las personas que
lo percibieron, una serie de reacciones
tan intensas al poder oler lo que se puede referir como el aroma perfecto, la
perfección es la ausencia de lo impuro, entonces estaban prácticamente viviendo
una ráfaga de perfección e incluso hasta se le atribuyó un aroma celestial por
qué ¿quién es el ser perfecto para la sociedad? Dios y como muchos sabemos, la
sociedad misma le ha atribuido el emblema de la perfección.
Entonces estaban
conviviendo con algo fuera de este mundo algo que no podía ser posible que
existiera. Pero solo estaban concentrados en ese aroma, ese aroma que al final
no era suyo, era el aroma
perfecto pero no era su aroma
perfecto, todos lo vieron como algo divino, pero él no se veía a sí mismo como
algo así, es el ser más imperfecto que existe, de hecho no existe, y su no
existencia se pone aprueba al grado de que se terminó la esencia ajena a él y
ya nadie notó que él estuviese allí.
Pero al percibir la esencia perfecta, tuvo
un momento de reconciliación, de análisis propio donde se veía con esa mujer,
con su personificación de perfección, con la esencia, con ese aroma que lo
cautivó desde un inicio y descubrió que esa esencia era única, no podía ser
reproducida por que como el mismo ya sabía cada persona tiene un aroma
particular, y el de ella, era el aroma que el eligió para amar, ni mil aromas
diferentes y exquisitos lo harían sentir la perfección como el aroma de aquella
joven.
Al tener esa especie de auto evaluación se dio cuenta de que su
experimento fue fallido, y al no poder encontrarse de nuevo con lo que el
contempló como su razón de vivir.
Jean-Baptiste terminó suicidándose, para poner fin a su no existencia y tal vez poder
encontrarse con su razón de existir; es decir, con el perfume de la mujer que
el amó.
Todas las personas buscamos saber por qué nos encontramos
aquí, cual es la razón por la cual vivimos. El existencialismo es eso mismo,
buscarse a sí mismo y descubrir o entender quién eres y a qué veniste .
Cuando una persona encuentra lo que llamamos “su destino” es
muy fácil entender a qué venimos a este mundo. A este mundo se viene para ser
felices ya que nada nos garantiza que podamos vivir algo mejor después de la
muerte. De que sirve sacrificar nuestra felicidad aquí esperando la vida
después de la muerte si nadie nos ha dicho que esta exista realmente.
Todos tenemos un perfume perfecto, un perfume creado para que
seamos felices, nuestra esencia, todos tenemos una razón de existir, y cuando
por fin la encuentres, no debes dejarla ir, hay que aferrarnos a ella, luchar por ella
porque nada nos garantiza que dejándola ir un día la volvamos a tener.